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By Roger E. Reynolds, Pontifical Institute of Mediaeval Studies
Peregrinations: Journal of Medieval Art&Architecture
Volume IV, Number 3 (Spring 2014)
A Precious Ancient Souvenir Given to the
First Pilgrim to Santiago de Compostela
(Un Precioso y Antiguo Souvenir Regalado al
Primer Peregrino a Santiago de Compostela)
A precious Ancient Souvenir Given to the
First Pilgrim to Santiago de Compostela
(Un Precioso y Antiguo Recuerdo Regalado al Primer Peregrino a Santiago de
Compostela)
By Roger E. Reynolds, Pontifical Institute of Mediaeval Studies
Todos los que hemos hecho peregrinaciones a Santiago de Compostela en Galicia, en el
Noroeste de España (yo, tres) rememoramos a menudo esas visitas con recuerdos o souvenirs
que nos traemos a casa. Uno puede ser la concha de vieira con la cruz de Santiago estampada
en ella.
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Otro puede ser una calabaza, vaciada para servir de cantimplora.
Figura 2 Calabaza-cantimplora de Santiago
de Compostela. Foto: autor.
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Figura 1 Concha de vieira de Santiago de
Compostela. Foto: autor
Un tercero puede ser una diminuta réplica en plata del famoso botafumiero, el gigantesco
incensario balanceado con cuerdas por ocho tiraboleiros vestidos de rojo a través del transepto
de la basílica en Santiago arrojando incienso y llamas.
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Figura 3 Izquierda: Replica del botafumiero. Foto: autor. Figura 4 Derecha: Botafumiero,
Santiago de Compostella. Foto: autor.
O quizás un libro, como una copia moderna del famoso Codex Callixtinus, del siglo XII,
describiendo la basílica, hostales, santuarios y milagros a lo largo del Camino.!
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Figure 5 Facsímil del Codex Callixtinus
También es importante un pasaporte con sellos
de muchas de las paradas que se han hecho en
la ruta demostrando que se ha caminado al
menos 100 Km. hasta Santiago
Figura 6 Pasaporte del Camino con
sellos. Foto: autor.
Todos estos recuerdos son modernos, pero todavía existe un precioso recuerdo o souvenir con más de
1.000 años de antigüedad que se puede tener entre las manos en la Biblioteca Nacional de Francia, en
París y clasificado como MS Latin 2855.
Figura 7 Paris BNF lat. 2855. Foto: Paris BNF.
Este manuscrito, tal como ahora está encuadernado,
tiene tres partes, y sólo la tercera es este souvenir. Las
primeras dos secciones contienen los trabajos de Paschasius
Radbertus de Corbie sobre la auténtica presencia de Cristo
en la Hostia y un raro tratado sobre cómo hacer las Sagradas
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Formas para la Eucaristía y su distribución en el altar (1). El manuscrito en su conjunto es
conocido como el manuscrito Godescalco, descrito como tal en su primera página.!
Figure 8 Paris BNF lat. 2855, fol.
1r. Photo: Paris BNF
Se llama así en referencia al Obispo Godescalco de Le Puy, el primer peregrino a Santiago
documentado, que, en su camino a Santiago en 950-951 se desvió para pedir y luego recoger el
manuscrito en la abadía de San Martín de Albelda, al Sur de Logroño.
Nuestra historia empieza en el mismo Le Puy, ahora comienzo de una de las cuatro principales
rutas de Francia, llamada Vía Podiense. Antes de la llegada del Cristianismo, un enorme dolmen,
o roca vertical, coronaba la sagrada colina en Le Puy. En algún momento entre los
(1) Sobre esto, ver mi “Christ’s Money: Eucharistic Azyme Hosts in the Ninth Century According to Bishop
Eldefonsus of Spain: Observations on the Origin, Meaning, and Context of a Mysterious Revelation,”
Peregrinations: Journal of Medieval Art & Architecture, 4.2 (2013) 25 f.
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siglos IV y V d.C., una mujer de allí que sufría una enfermedad incurable tuvo una visión de
María que le ordenó subir al Monte Corneille, donde sería curada sentándose en la gran roca. Al
hacerlo, esta mujer fue milagrosamente sanada. La Virgen se le apareció una segunda vez y le
dio instrucciones para que hablase con el obispo y le dijera que construyese una iglesia en la
colina. Según la leyenda, cuando el obispo subió la colina, encontró el suelo cubierto por un
profundo manto de nieve, aunque estaban en pleno verano, y cavó un profundo camino en la
nieve, trazando el plano de la catedral que tenía que construirse. El obispo, convencido por estos
milagros de la autenticidad de los deseos de María, completó la construcción de la iglesia.
Dejaron el gran dolmen pagano en el centro del santuario cristiano y fue consagrado como el
Trono de María. En el siglo IX, sin embargo, la piedra pagana, popularmente conocida como “la
piedra de las apariciones” fue derribada y destruida. Sus piezas fueron incorporadas al suelo de
una sección de la iglesia que acabó llamándose la Cámara Angélica, o la “cámara de los
ángeles”. La mayor parte de las tempranas estructuras de la catedral han desaparecido y fueron
reemplazadas por la actual balica, una construcción
compuesta que data del siglo VI al XIII. Mientras que al
principio era un ejemplo de arquitectura románica, la maciza
catedral de Notre Dame muestra fuertes influencias arábigas y
mozárabes, tanto en la construcción como en la decoración,
que han sido alguna vez comparadas con la gran mezquita de
Córdoba.
Figura 9 Notre Dame de Le Puy. Foto: autor
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Con el paso del tiempo, iglesia y ciudad se convirtieron en el más famoso santuario mariano de
Francia. Carlomagno la visitó dos veces, e hizo otras importantes reglas civiles y eclesiásticas,
que continúan hoy en día. Como santuario mariano, fue necesario tener toda clase de
monumentos artísticos para atraer a los peregrinos, y uno de éstos tenía que ser un oficio
litúrgico para usarse en los días festivos de la Virgen, y quizá otros días también. ¿Qué se podría
usar? Se podría componer un oficio litúrgico, o buscar en otra parte alguno ya compuesto.
Indudablemente, los clérigos de Le Puy habían oído hablar de uno de estos textos compuesto en
el siglo VIII por un obispo de Toledo, Ildefonso. ¿Cómo había llegado esto a oídos de estos
clérigos? Probablemente a través de sus contactos con España, porque sabemos que numerosos
clérigos (y gente corriente) de Aquitania eran visigodos que habían venido al sur de Francia
escapando de la invasión de los musulmanes en los siglos IX y X. (2)
Este texto de Ildefonso sobre María, titulado De virginitate perpetua Mariae Virginis, es
extraordinario. Tan famoso era, que Ildefonso fue llamado el primer mariólogo español, y fue
citado en las historias de España y Toledo desde el siglo VII y aún antes. Quizá fue escrito antes
del décimo Concilio de Toledo (al que Ildefonso acudió como informador) que instituyó una
fiesta para María el 18 de Diciembre. El trabajo es realmente un polémico tratado contra dos
herejes y los judíos, que rechazaban la idea de la perpetua virginidad de María. Está basado en
un tratado anterior sobre lo mismo escrito por San Jerónimo en el siglo V. El estilo del tratado, a
menudo tachado de rimbombante, ha fascinado a los especialistas literarios durante años.
(2) Sobre esto, léase mi "The Visigothic Liturgy in the Realm of Charlemagne," in Das Frankfurter Konzil von 794:
Kristallisationpunkt karolingischer Kultur (Quellen und Abhandlungen zur mittelrheinischen Kirchengeschichte 80;
Mainz, 1997), 919-945.!
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Es un estilo poco empleado por los teólogos (retórica ornamental, marcada por múltiples
sinónimos y pretensiones poéticas.) Ildefonso utiliza el “método de sinónimos de Isidoro” (o
Synonima Ciceronis) para propósitos teológicos, donde repite cada frase varias veces de
diferentes, aunque realmente idénticas, maneras. Pero lo más importante para nosotros es que el
trabajo está dividido en seis partes para ser usadas en los oficios litúrgicos, algo que los clérigos
de Le Puy quizá conocían. Así que, conociendo seguramente la existencia de este texto mariano,
¿dónde podrían encontrarlo?. Para contestar esto, deberemos volver atrás un momento.
De vuelta a Le Puy y al Obispo Godescalco. Sabemos por una fuente del siglo XI, a la
que volveremos, que Godescalco estaba orgulloso de que el día en que Santiago ascendió a los
cielos, era también su cumpleaños (presumiblemente el 25 de Julio). Y para mejorar las cosas,
también en ese día fue hecho obispo de Le Puy. Así que ¿qué más apropiado para celebrar estos
hechos que una peregrinación junto con un considerable grupo de peregrinos (nuestra fuente no
dice cuántos, sólo muchos) a Santiago?
Figura 10 Mapa de las rutas de peregrinaje. Mapa: autor.!
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A lo largo del camino probablemente pararían en sitios tan importantes como Conques, con el
santuario de Saint Foy, o el monasterio de Moissac. Después, tendrían que atravesar los Pirineos
hacia la península Ibérica.
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Figura 11 Mapa de la ruta desde le Puy a Santiago de Compostela. Mapa: autor.
Una vez allí, cuando pasaron por Pamplona y se dirigieron hacia Logroño, algo
inesperado ocurrió. En vez de continuar hacia el Oeste, el Obispo Godescalco y su entorno
giraron al sur tomando un desvío de unos 15 Km. a lo largo del río Iregua. Así, pasaron junto a
un gran número de cuevas en las colinas que se asomaban al valle del Iregua.
¿Qué había en esas cuevas? Recientes excavaciones han encontrado que muchas de
ellas estaban habitadas desde los tiempos de los visigodos por ermitaños o pequeñas
comunidades monásticas. Lo que no es de extrañar dada la fuerte tradición en el norte de España
del monacato eremítico y rupestre. (3)
(3) A. Gonzáles Blanco y T. Ramírez Martinez, “El Monasterio De San Martín De Albelda Y Sus
Columbarios,” Los colurnbarios de La Rioja, Antig. Crist. (Murcia) XVI, 1999, 179-185; Eugenio Riaño
Pérez, “Eremitorios Rupestres Y Colonización Altomedieval, Cave hermitages and colonization in the
Early Middle Ages,” Stud, hist.,
H.a mediev. 13 (1995) 47-58; M.C. Díaz y Díaz, “Eremitical Life in Visigothic Spain,” Classical Folio
(1969) 209-
227. Justiniano García Prado, “Las cuevas habitadas de Arnedo,” Berceo 12 (1949) 341-364.
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Figuras 12-13 Cuevas monásticas. Foto: autor
Uno piensa, por ejemplo, en la famosa cueva monasterio de San Millán de la Cogolla,
originalmente habitada por el ermitaño San Emilio que eventualmente creció y se hizo uno de los más
importantes monasterios del norte de España. Aún hoy en día se puede visitar la cueva y la rara iglesia
que hay en su interior. El Obispo Godescalco quizá no estuvo tan interesado en estas cuevas a lo largo
del Río Iregua, sino más bien en un nuevo monasterio fundado en Albelda, que también estaba
coronado por cuevas.
Este monasterio fue fundado en 924, es decir, sólo un cuarto de siglo antes de la visita de
Godescalco. Está documentado que, en la época de la visita de Godescalco, había 200 monjes
(quizás una exageración), un considerable número de monjes en un monasterio.
Albelda fue un pueblo llamado Albaida (blanca en árabe, debido a los farallones blancos
que la rodean).
Pero en 924 Ordoño I (rey de Asturias) conquistó el territorio del gobernante musulmán,
Muza, en la batalla del Monte Laturce, en Clavijo, cerca de Albelda. Ordoño expulsó a los
musulmanes y quiso restaurar el devastado pueblo y repoblar la región con cristianos. Una de las
mejores maneras de hacerlo era fundar un monasterio para atraer a los cristianos y apoyar los
negocios e instituciones para el monasterio; eso lo hizo Sancho Garcés I. Pero ¿dónde encuentra
uno monjes para fundar el monasterio?. En otros monasterios no muy lejos de Albelda.
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Figura 14 Vista del valle del Iregua con iglesias-cueva señaladas. Foto: Andrés Cámara!
Se piensa que algunos monjes vinieron de Cardeña, y quizá algunos vinieron de
monasterios al otro lado de los Pirineos, en Aquitania (4). A lo mejor esto explica el nombre
dado al monasterio de Albelda (San Martín), venerado como el más grande fundador del
monacato en Occidente, que vivió primero como un ermitaño y después fundó un monasterio en
Tours. Claramente algunas de sus reliquias fueron traídas a Albelda y colocadas en el atrio del
monasterio, de acuerdo con una fuente del siglo XI que veremos más tarde. Si las reliquias de
San Martín fueron traídas a Albelda, es probable que algunos de los grandes manuscritos hechos
en Tours a finales del siglo IX también fueran llevados allí. Esto está claro en tres manuscritos,
uno del siglo X y los otros escritos a mediados del siglo XI, cuando se usaban los mismos lazos
Franco-Sajones para decorar las iniciales.
4
M. C. Díaz y Díaz, ‘Escritores del monasterio de Alvelda. Vigilán y Sarracino’ in Códice Albeldense, 976:
Original Conservado en la Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (d.I.2) (Colección
Scriptorium 15; Madrid, 2002), 75.!
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Figuras 15, 16, 17 Izquierda: Segunda Biblia de Carlos el Calvo, Paris BNF Lat. 2 (s.IX)
fol. 8r. Centro: Paris BNF Lat. 2855 (950) fol. 73v; Derecha: Codex Vigilanus Escorial d.
1.2 (976), fol. 23r. Fotos: Paris BNF y autor.
Por lo tanto, es probable que algunos de los monjes traídos a Albelda vinieran del norte,
trayendo el nombre de San Martín, algunas de sus reliquias y algunos de los manuscritos hechos
en Tours.
Otra fuente de monjes para poblar el monasterio de Albelda fueron los pequeños
monasterios y ermitas que habían sobrevivido bajo los musulmanes en sus cuevas cerca de
Albelda a lo largo del Río Iregua. Sabemos de uno de los más pequeños cerca de Albelda que
encomendaron a sus monjes al de Albelda. Fue el monasterio de San Prudencio en el Monte
Laturce, y la encomienda todavía pervive. Hay un destacable documento datado en 950 en el
Archivo Diocesano en la cercana Logroño. En él, el abad y seis monjes se encomiendan a
mismos a San Martín de Albelda. “Ego Adica abba cum fratribus mei Christoforo, Furtunio,
Sarracino, Dato, Stefano Rapinato tibi patri spirituali Dulquito abbati et fratribus tecum in
amore Christ Albilde in cenobio Sancti Martini… contradimus animas nostras simulque corpora
ut vestris orationibus
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adiuti adipiscamur vobiscum premia poli.” (5). Uno de estos seis monjes citados es Sarracino, a
quien encontraremos otra vez en Albelda. El documento está firmado por un escriba llamado
Vigila, que, al final del documento, dice que él ha puesto su “signum” o firma (como una cruz).
“Vigila scriba manu mea signum feci (it or +)”. Es importante hacer notar que Vigila se llama a
sí mismo “scriba” o escriba (su “título profesional”). Pero quizá la cosa más importante acerca de
este pergamino es que Vigila lo escribió en un estilo antiguo, llamado Visigótico longaria. (6)
Figure 18 Logroño, Arch. Dioc. Pergaminos, núm 1, ter Original. Photo: Florez
Este es precisamente el estilo que él usó en uno de los más famosos manuscritos creados en
la España medieval, el Codex canonum Albeldense (El Escorial d.I.2).
(5) Antonio Ubieto Arteta, Cartulario de Albelda (Zaragosa, 1981) 28 f.
(6) Ver José Antonio Fernández Flórez y Marta Herrerro de la Fuente, “Copistas y colaboradores en el Monasterio
de Albelda,” in La collaboration dans la production de l ‘ecrit médiéval, Actes du XIIIe colloque du Comité
international de paléographie latine (Weingarten 22-25 september 2000) (Paris 2003) 112, 119.!
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Figura 19 El Escorial d.I.2, fol.
44v. Foto: autor
Esto nos lleva a este increíble manuscrito legal hecho en Albelda, que quizás estaba
siendo planeado o ya en marcha cuando llegó Godescalco. Sus creadores fueron Vigila y
Sarracino, a los cuales habíamos ya encontrado en el documento de San Prudencio. Fueron
ayudados por un “discipulus” o discípulo llamado García, que quizá haya cortado y preparado el
pergamino. Hay un maravilloso autorretrato de Vigila en este documento.
Figura 20 Autorretrato de Vigila,
El Escorial d.I.2, facing fol. v.
Foto: autor
!14
y otro retrato de los tres trabajadores al final del manuscrito.
Figura 21 El Escorial d.I.2, fol. 420r. Foto: autor
Estos tres probablemente trabajaron juntos en el scriptorium del monasterio, como puede verse
en una ilustración de un scriptorium en varios manuscritos llamados Beatos.
Figuras 22-23
Izquierda: Madrid
Archivo Histórico
Nacional. Ms
1097 B (1240)
fol. 169r; (right)
New York,
Pierpont Morgan
Library MS M.
429, fol. 183r.
Fotos: autor
!15
El Códice Albeldense es una maravilla de
organización, ilustraciones e información.
Es un enorme códice con cerca de 450
páginas (61 x 122 cm. y unos 20 kg. de
peso).
Figura 24 El Escorial d.I.2, Foto: copia del
autor
Tanto Vigila como Sarracino escribieron e ilustraron el manuscrito. Contiene todas las leyes o
reglas eclesiásticas y seculares de la España medieval, y es famoso porque contiene el primer
ejemplo de los números arábigos conocido en Occidente, historias de España, poemas de Vigila
y así sucesivamente.
Figura 25 El Escorial d.I.2, fol. 16v. Foto: autor.
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He aquí algunas páginas decoradas e ilustraciones:!
Figuras 26-27 El Escorial d.I.2, fols. 16v and 18v. Fotos: autor
Hemos encontrado dos de los grandes escribas del monasterio. Pero esto significa que
allí debió haber manuscritos que copiar, y seguramente en Albelda fuera construida una gran
biblioteca con estos manuscritos para que los escribas los copiasen. Entre éstos pudo haber
textos conocidos en España por aquella época.
Volviendo a nuestra historia de Godescalco. ¿Porqué visitó Albelda?. Algunos estudiosos
decían que quería cimentar los lazos eclesiástico-políticos con esta recién liberada área. Pero
Godescalco pudo haber hecho eso mejor en otra parte, como en Logroño, y no tomar el desvío
hacia Albelda. Es más probable que él viniera porque había oído que allí había un manuscrito
del De virginitate de Ildefonso. ¿Y cómo lo supo? Pues probablemente porque uno de los
monjes o clérigos visigodos de Le Puy le había contado que uno de esos manuscritos estaba allí
o que sospechaba que una gran biblioteca como la de Albelda tendría uno.
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En aquella época, parece que podía haber muy pocos manuscritos del De virginitate en
España, a juzgar por los manuscritos existentes antes de 950 (sólo dos) (7)
Figures 28-29 León Arch. Cat. 22, fol. 9v and El Escorial a.II.9, fol. 22v. Photos: autor.
Pero nosotros sabemos con seguridad que al menos uno estaba en Albelda, al que volveremos
enseguida. En cualquier caso, el Obispo Godescalco llegó a Albelda con su séquito (8) e
indudablemente fue presentado al Abad Dulquitus, un hombre conocido por su cultura y amor a
los libros. Godescalco le debió preguntar si el monasterio tenía una copia del De virginitate, y si
así era, si podría hacerle una copia mientras viajaba a Santiago de manera que él pudiera
recogerlo al volver a Aquitania. Dulquitus, impresionado por este importante obispo de
Aquitania, le dijo que sí era posible y que tenía exactamente el escriba apropiado para hacerlo.
(7) Sobre un manuscrito del De virginitate de comienzos del siglo XI posiblemente del norte de España,
ver M. C. Díaz y Díaz, “La circulation des manuscrits dans la Péninsule Ibérique du VIIe au XIe siècles,” Cahiers
de Civilisation Médiévale 12 (1969) pp. 388 f.
(8) Para un imaginativo relato de la impresionante comitiva de Godescalco al llegar al monasterio, ver
Julián Cantera Orive, http://www.vallenajerilla.com/berceo/canteraorive/gotescalco.htm.!
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Así que aquí nos encontramos a otro escriba de Albelda: Gómez (Gomesano), quizá el
experto maestro del escriba Vigila (9). No disponemos de ningún cuadro de él de esas fechas
como el de Vigila y Sarracino. Pero tenemos uno hecho unos 150 años después en un manuscrito
del De virginitate, el famoso Parma Ildefonsus.
Figura 30 Gomez. Parma Bibl. Palat. 1650, fol. 102r.
Foto. autor
Sabemos que este escriba (Gomez) era un sacerdote y
que por tanto tenía por lo menos 25 años (edad para ser
ordenado), lo que le sitúa probablemente en Albelda al
menos desde la fundación del monasterio. Así pues,
Gomez empezó su trabajo, sabiendo que el manuscrito
que estaba copiando tenía que ser entregado rápidamente
a Godescalco cuando éste estuviera de vuelta desde
Santiago hacia Le Puy.
En 951, cuando Godescalco volvió de Santiago, con su gran séquito, se desvió de nuevo
a Logroño, a unos 15 kilómetros de Albelda. Allí fue presentado con el manuscrito del De
virginitate. ¡Y qué manuscrito! (y así ha permanecido hasta hoy). El manuscrito está realizado
con una bella letra visigótica, la letra de la España visigoda y mozárabe, usada hasta el siglo
XIII, cuando fue reemplazada por la letra carolingia del norte de Europa.
(9) M. C. Díaz y Díaz, ‘Escritores del monasterio de Alvelda. Vigilán y Sarracino’ in Códice Albeldense,
976: Original Conservado en la Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (d.I.2)
(Colección Scriptorium 15; Madrid, 2002) 78.!
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Figura 31 Paris BNF lat. 2855, fols. 69v and 71r. Foto: Paris BNF. Izquierda: Gomez; Derecha:
raspadura y Godescalco
El texto del manuscrito es, en
efecto, el de De viginitate de Ildefonso.
Pero hay muchas cosas extraordinarias
acerca del manuscrito. En primer lugar,
falta la sección final del De viginitate tal
como la conocemos de otros manuscritos,
y acaba en la página derecha de un folio y
en mitad de una frase.
Figura 32Paris BNF lat. 2855, fol. 159r.
Photo: Paris BNF
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¿Qué significaba esto? No que los siguientes folios se hubieran perdido en el manuscrito que
tenemos ahora, porque hay escritura en la página izquierda del folio. Así que esto significa que
el manuscrito que Gomez estaba copiando estaba defectuoso al final y que, por lo tanto, Gomez
se detuvo allí. Más tarde, en el folio alguien anotó que el texto estaba defectuoso y que faltaban
ocho folios y también escribió las siguientes dos palabras del texto perdido: Quia enim. Esto no
está escrito con letra visigótica, sino más bien con la letra carolingia usada en el Norte. Así pues,
el manuscrito debió ser llevado a Le Puy, donde fue copiado y comparado con otros manuscritos
completos del De virginitate, y entonces se dieron cuenta de que el manuscrito de Gomez estaba
incompleto y así fue anotado con letra carolingia en la página derecha del folio.
Otro rompecabezas más acerca de nuestro manuscrito de Gomez es que en la página
izquierda después del texto incompleto De virginitate hay escrito un exorcismo o encantamiento
contra Satán, que continúa con otro exorcismo en las siguientes páginas del manuscrito (10).
Este exorcismo está escrito con una letra visigótica más pequeña de la del texto de De virginitate
y tiene una sencilla notación musical escrita “in campo aperto” encima de las palabras como es
frecuente para las anotaciones visigóticas. La notación es bastante básica (consistiendo en sólo
cuatro tipos de neumas) y eso indica una melodía silábica en la cual se canta una sola nota de
cada sílaba del texto (11). Los rítmicos exorcismos debían ser coreados o cantados sobre la
persona poseída por el diablo, y como se sostenía una cruz encima de ella, las palabras del texto
eran machaconamente repetidas, “Vuela Satán por la dulce cruz”. En el espacio encima del texto
del exorcismo está escrito que es para usarse antes de que un obispo hiciese la lectura. ¿Podría
este texto haber sido escrito intencionadamente para el Obispo Godescalco o para otro obispo?
(10) Para una edición parcial de estos textos ver Ludwig Traube, Poetae latini aevi Carolini, Monumenta
Germaniae historica. Poetae latini aevi Carolini; v. 3 (Berlin, 1896) 149 f.
11
I (11) Agradezco esta observación a mi amiga e historiadora de la música, Susan Boyton.!
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!
Figure 33 Paris BNF lat. 2855, fol. 159v. Photo: Paris BNF
No lo sabemos. Y el texto del exorcismo ¿fue escrito por Gomez? La escritura es ciertamente
similar a la suya en el resto del manuscrito. Pero ¿porqué Gomez habría estropeado su
hermoso manuscrito del De virginitate añadiendo estos aparentemente inconexos exorcismos?
Quizá Godescalco, al recoger el manuscrito, recordase que la catedral de Le Puy era un lugar
de curación, y pidiese a Gomez que añadiese un texto de exorcismo antes de irse. O quizá más
tarde un escriba pudo escribirlo cual si Gomez lo hubiera hecho (en España o en Le Puy). Que
el exorcismo fuera escrito en España es probable porque tenemos los mismos textos en otro
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manuscrito escrito en España en el siglo XI, probablemente en el Norte de España, el Códice
Azagra (12) y no hay evidencia de que existieran fuera de España.
Figura 34 Madrid Bibl. Nac. de
Esp. 10029, fol. 158r. Foto: autor!
(12) Sobre las páginas de este manuscrito con exorcismos, ver Hispania Vetus. Musical-Liturgical Manuscripts
from Visigothic Origins to the Franco-Roman Transition (9
th
to 12
th
Centuries), ed. Susana Zapke (Cambridge,
2007) 296.
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Figure 35 Paris BNF lat. 2855, fol. 69r.
Photo: Paris BNF
Otro rompecabezas más: la página de la cubierta exterior de la página derecha del primer folio
del manuscrito. El texto aquí está escrito con una letra visigótica estrafalaria, en cursiva, con
características apresuradas. El texto es una larga oración para el Obispo Godescalco y su
compañía. El texto nos da información acerca de la razón de Godescalco para su peregrinación
al santuario de Santiago, mencionado arriba, y otros detalles. Entonces el texto se cierra
nombrando a su autor como Abraham, un sirviente de Godescalco. O sea, que aquí tenemos a un
visigodo que acompaña amablemente a Godescalco desde Le Puy. Y quizá fuera él el que
conocía o sugirió que un texto del De virginitate podría ser encontrado en Albelda. Al analizar el
escrito, éste está casi totalmente escrito con letra visigótica incluidas las abreviaturas (excepto
una abreviatura mayormente usada para la palabra “per”. Esta abreviatura para la palabra “per”
no está en visigótica, sino en carolingia, lo que sugiere que Abraham lo aprendió en Francia. No
obstante, él usó ocasionalmente la abreviatura visigótica para la palabra “per”.
USO DE FORMAS CAROLINGIAS Y VISIGÓTICAS POR ABRAHAM
La siguiente cuestión es ¿porqué escribió este texto en la cubierta exterior del manuscrito? ¿Fue
él quien lo envió a su maestro Godescalco o quién lo llevó consigo de vuelta a Le Puy?
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Figure 36 Paris
BNF lat. 2855, fol.
69r. Photo: Paris
BNF
‘PER’
VISIGÓTICO
’PER’
CAROLINGIO
‘PRO’
CAROLINGIO
ABRAHAM
GODESCALCO EPI
Venimos ahora al corazón del manuscrito mismo, el recuerdo o souvenir del viaje de Godescalco
a Santiago. Contiene tres secciones, un prólogo de Gomez explicando porqué el manuscrito fue
escrito para Godescalco; una historia de la vida de Ildefonso escrita por Julian de Toledo (uno de
los sucesores de Ildefonso), y tercero, el trabajo principal, del De virginitate perpetua sancte
Marie. Es un bello manuscrito, con grandes letras en un hermoso estilo visigótico, y unas poca
abreviaturas en letra visigótica que pueden confundir a un usuario norteño como Godescalco de
Le Puy. Sorprendentemente no hay ilustraciones que se podrían esperar en un manuscrito hecho
en Albelda con tan magníficos ilustradores como Vigila y Sarracino. Sabemos que manuscritos
posteriores del De virginitate fueron sumamente ilustrados (el Ashburnham, Parma, y
manuscritos recientemente descubiertos en Madrid) ¿Porqué no entonces el manuscrito de
Gomez? La razón más probable es que Gomez tenía poco tiempo para completar el manuscrito
antes de que Godescalco volviera de Santiago en 951. Pero hay varias iniciales con bellas lazos.
¿Fue Gomez el que las hizo, o podría haber sido Vigila, que hizo similares iniciales en su Códice
Albeldense? (figura 17).
Figuras 37, 38, 39 Florence Bibl. Laur. Ashb. 17, fol. 66r; Parma Bibl. Palat. 1650, fol. 102v;
Madrid Bibl. Nac. de Esp. 21546, fol. 49r. Fotos: autor, Raitzman
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Vamos en primer lugar al prólogo de Gomez, que debe tener influencia de otro famoso
escriba, Jimenez, que trabajó tiempo antes en Albelda antes de ser transferido a San Millán de la
Cogolla (13). Gomez dice: (14) “Yo, Gomez, aunque indigno, perteneciente a la orden sacerdotal
(o presbiteral), en los confines de Pamplona, en el monasterio de Albelda, donde reposan en el
atrio del monasterio las reliquias del más bendecido obispo Martin, bajo las órdenes de
Dulquitus, abad de alrededor de 200 monjes - - el Obispo Godescalco, en su camino a los
confines de Galicia con un gran séquito para abogar por la misericordia de Santiago, pidió que
yo libremente copiara un pequeño libro hecho por el bendito Ildefonso de Toledo escrito hace
algún tiempo orando por la virginidad de la sagrada Maria, virgen perpetua y madre de nuestro
señor Jesucristo.” Gomez continúa diciendo que es Godescalco quien quiere llevar la oración de
(13) M. C. Díaz y Díaz, ‘Escritores del monasterio de Alvelda. Vigilán y Sarracino’ in Códice Albeldense, 976:
Original Conservado en la Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (d.I.2) (Colección
Scriptorium 15; Madrid, 2002) 78, and his Libros y Librerias en la Rioja altomedieval, (Logroño, 1991) 115 ff.
(14) Para los variados intentos de editar este texto, ver Léopold Victor Delisle, Le Cabinet des manuscrits de la
Bibliothèque impériale, 1 (Paris, 1868), 516.f. (fol. 69v) Ego quidem Gomes, licet indignus, presbiterii tamen ordine
functus, in finibus Panpilonae, Albaildense in arcisterio infra atrio sacro ferente reliquias sancti ac beatissimi
Martini episcopi regulariter degens, sub regimine patris almi videlicet Dulquitti abbatatis (sic), inter agmina Christi
servorum ducentorum fere monacorum, conpulsus a Gotiscalco episcopo, qui gratis orandi egressus a partibus
Aquitaniae devotione promtissima magno comitatu fultus ad finem Galleciae pergebat concitus, Dei misericordiam
sanctique Jacobi apostoli suffragium humiliter imploraturus, libenter conscripsi (fol. 70r) libellum a beato Ildefonso,
Toletanae sedis episcopo, dudum luculentissime editum, in quo continetur laudem virginitatis sanctae Mariae
perpetuae virginis Jhesu Christ Domini Nostri genetricis, ubi predictus Ildefonsus episcopus, divino inspiramine
afflatus, oraculis prophetarum inbutus, evangeliorum testimoniis roboratus, apostolorum documento instructus,
celestium simul et terrenorum contestatione firmatus, gladio vervi Dei Jubeniani perfidiam vulneravit et pugione
verissimae rationis Elbibii errorem dextruxit: judeorum quoque duritiam non solum adstipulatione angelorum et
hominum, sed etiam demonum prolata confessione, jugulavit. (fol. 70v) Jam vero quam dulcia quamque divino
munere compta promserit eloquia, quisquis in hoc libello sollerter legerit facile pervidebit, ex quo et credulus auriet
suabitatem, et ancepts repperiet unde a se procul reppellat erroris prabitatem. Unde extimo incunctanter ut pari
gloria ditetur a Christo pontifex Gotiscalcus, qui hanc laudem genetricis Domini nunc Aquitanie sanctae Mariae
initio in propriam sedem specialiter advexit, sicut Ildefonsus episcopus, qui eam universe aecclesie catholice dudum
generaliter tradidit, quia, etsi materia defuit laboris, equiperatur tamen sacra(fol. 71r) devotio retributione mercedis.
Mici autem exiguo atque miserrimo Gomesani concedat Christus, gloriosae genetricis suae interventu placatus, hic
emundari a sorde facinorum et post expletum vite hujus cursum cum sanctis omnibus in regno celorum perfrui
gaudium feliciter sine fine mansurum. Amen.
Transtulit enim hunc labellum sanctissimus (ras.) Gotiscalcus episcopus ex Spania ad Aquitaniam tempore iemis,
diebus certis, januarii videlicet mensis, currente feliciter era DCCCC LXXX VIIII, regnante Domino Nostro Jhesu
Christo, qui cum Deo patre et sancto Spiritu unus Deus gloriatur in secula seculorum. Amen. Ipsis igitur diebus obit
Galleciensis rex Ranimirus.!
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Maria a Aquitania por medio de este pequeño libro, tal como Ildefonso llevó la gloria de Maria
al mundo. Al final del prólogo Gomez escribe: “El más bendito (borrado) Obispo Godescalco ha
llevado este pequeño libro fuera de España a Aquitania en invierno, exactamente en Enero del
año 951 (989 acc. del calendario español)”. Este es un notable prólogo con extrañas referencias
históricas. Al final de este prólogo, cuando llama al Obispo Godescalco el más bendito, las
palabras “más bendito” (santísimo) han sido borradas, probablemente por el mismo Godescalco,
que no deseaba ser citado en tan alta plegaria. (figura 31). Después de este prólogo Gomez copia
el texto de Julian de Toledo sobre la vida de Ildefonso, y en él están enumerados los trabajos de
Ildefonso, incluyendo el De virginatate sanctae Mariae. Después sigue el prefacio y el texto del
De virginatate en la parte inferior de la página derecha del folio en el que el texto se rompe en
mitad de una frase.
Así pues, en Enero de 951, el Obispo Godescalco parece haber cogido su manuscrito hecho a
mano por Gomez para volver a Le Puy a expandir la gloria de la Virgen María. En el Parma
Ildefonsus hay una ilustración de esa famosa escena mostrando a Gomez dando el manuscrito a
Godescalco. (figura 37). Lo que pasó con el manuscrito a lo largo del camino de vuelta a Le Puy
está envuelto en misterio. ¿Paró Godescalco a lo largo del camino para que otros escribas lo
copiaran, o fue directamente de vuelta a Le Puy? ¿Mantuvo el manuscrito en Le Puy o lo prestó
a otros para que lo copiaran? ¿Lo mantuvo como una pieza separada o lo combinó con otros
cortos manuscritos? Sabemos que por el siglo XVIII fue combinado con otros dos cortos
manuscritos, uno con el famoso De corpore et sanguine Christi realizado por Paschasius
Radbertus de Corbie, el teólogo del siglo X (también mariólogo), cuyos trabajos en manuscritos
fueron enumerados como Ildefonsus (15). El otro corto manuscrito con el que el texto
(15) Sobre esto ver mi “Christ’s Money,” p. 26, n. 32.
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de Ildefonso fue combinado era el tratado sobre cómo hacer las Sagradas Formas para la Eucaristía
y cómo deben situarse en el altar, que, en otros manuscritos, era atribuido a Ildefonso o a un
misterioso Obispo Eldefonsus de España (16). En cualquier caso, todavía existe un catálogo del
siglo XII de libros en Le Puy. Desafortunadamente el catálogo enumera sobre todo libros de
ciencia, no teológicos. Pero hay una pequeña entrada que quizás indica que nuestro manuscrito de
Ildefonso fue combinado con el De corpore et sanguine de Radbertus. El pequeño texto
introducido dice “tractatu corporis et sanguinis domini”.
Figura 40 Paris BNF lat. 7581, fol. 59r. Foto: auto!
Pero, sea como sea, el manuscrito de Godescalco fue copiado múltiples veces por escribas en
Europa (incluyendo el prólogo de Gomez). De hecho, existen todavía catorce manuscritos
que tienen el texto de Ildefonso con el prólogo de Gomez.
(16)Sobre esto, ver mi “Christ’s Money.”
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Figura 41 V. B. García San Ildefonso, De virginitate beatae Mariae, p. 31, G (Gomez) y sus
derivados.
Dos de estos parecen haber sido copiados directamente del texto de Gomez o de una copia de
segunda generación, sin la sección final, pero estos dos añadían el texto perdido probablemente a
partir de una fuente española (17). Por tanto, el deseo de Godescalco de extender la fama de la
Virgen a través del texto de Ildefonso fue abundantemente cumplido.
El manuscrito mismo parece haber sido mantenido en Le Puy a través de la posterior Edad
Media y hasta la temprana era moderna. Todavía oímos hablar acerca de él en una lista de
manuscritos en Le Puy hecha por Dom Claude Estiennot, bibliófilo del siglo XVII,
(17) Madrid, Bibl. Nac. de Esp. 10087 y Paris, BNF lat. 2833, donde ver Meyer Schapiro, The Parma Ildefonsus: a
Romanesque illuminated manuscript from Cluny, and related works, (College Art Association of America, 1964) 62,
n. 269. Se ha argumentado que Toledo Bibl. Cap. 15-13 (Codex Ameliano of 1388) fue directamente copiado de
Paris 2855 con la conclusión del texto de Ildefonsus. Cómo pudo ser esto es un misterio puesto que el texto 2855
acaba en la página derecha del folio y en la izquierda está el exorcismo. Esto también podría querer decir que 2855
fue llevado a Toledo desde Le Puy para ser copiado. Sobre esto ver Julian Cantera Orive in http://
www.vallenajerilla.com/berceo/canteraorive/gotescalco.htm
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de la congregación de San Mauro, quien estaba en contacto con Dom Jean Mabillon (18), el gran
benedictino diplomático y paleógrafo. Esta lista hecha por Estiennot fue enviada a otro gran
bibliófilo de París, el político y abogado Étienne Baluze, que era también el librero del Cardenal
Jean-Baptiste Colbert, un famoso y rico coleccionista de manuscritos y Ministro de Finanzas de
Francia, siempre en el siglo XVII. La lista de Estiennot todavía está en París y en ella aparece la
historia de Ildefonso de Toledo, probablemente nuestro manuscrito con el tratado de Ildefonso.
Figure 42 Mss of Le Puy by Dom Estiennot, PARIS BNF Lat. 13068, fol. 10 r. Photo: author
Había, tal como se informó, 49 manuscritos enviados a París para la librería del Cardenal Colbert
(19), y nuestro manuscrito está anotado en el inventario de manuscritos de Le Puy hecho por
Baluze y fechado en 1681.
(18) Sobre Estiennot, Mabillon and Paris 2855, ver mi “Christ’s Money’ p. 29.
(19) Ver Delisle, Le Cabinet des manuscrits de la Bibliothèque impériale, 1.473.
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Figure 43 Inventario de Baluze Mss de Le Puy, Paris BNF Lat. 9364, fol. 72v. Foto: autor
Nuestro manuscrito en tres partes está encuadernado en piel hecha a mano con el sello de
Colbert impreso en él. (fig. 7) El manuscrito fue legado al nieto de Colbert que lo llevó a la
Colección Real. La primera página del manuscrito tiene varias anotaciones. (fig. 8) La primera
es el número 3682 de Colbert. Luego está el número Regius 4337. Pero lo más interesante es la
anotación: Godeskalk, reconociendo así su antiguo origen.
En su lista de manuscritos de Le Puy, Dom Estiennot listó muchos más que venían del
Cardenal Colbert. Unos pocos parecen haber sido mantenidos por los canónigos de Le Puy. La
mayor parte, se piensa, probablemente pereció durante la Revolución Francesa en los ataques a
Le Puy y su catedral, cuando la estatua de la Virgen Negra fue profanada, decapitada y quemada.
Por eso, fue una verdadera fortuna que nuestro manuscrito haya ido a París para ser preservado
allí en la Librería Real. Para un moderno peregrino a Santiago para tener este manuscrito entre
sus manos ahora es una emocionante y conmovedora experiencia a la luz de la fascinante
historia que rodea su creación y avatares a través de más de un milenio.
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